—Creo que está más interesante con las hojas quemadas.
—Voy a ir a nadar.
—Tu madre dijo que...
—Ya lo sé. Mañana nadaré hasta la mitad de la bahía y no volveré. Conozco la inmensidad de lo que les estoy pidiendo, pero déjenme nadar.
—No.
—No.
—Jim... No podemos dejarte, hombre.
—Voy a ir a nadar.
—Tu madre dijo que...
—Ya lo sé. Mañana nadaré hasta la mitad de la bahía y no volveré. Conozco la inmensidad de lo que les estoy pidiendo, pero déjenme nadar.
—No.
—No.
—Jim... No podemos dejarte, hombre.